Cameron Chell, CEO de Draganfly (NASDAQ: DPRO), habla con David Lin, presentador de Kitco News, sobre el futuro de la industria de los drones.
La entrevista empieza con David Lin señalando la bajada significativa del precio de las acciones de Draganfly a lo largo de este año y le pregunta a Cameron qué ha pasado. A esto, Cameron explica que, en ese periodo, la mayoría de las small caps del NASDAQ han visto una bajada significativa en el precio de sus acciones, es decir, lo que le ha pasado a Draganfly no es un hecho aislado. Cameron cree que la razón principal de esa bajada general está relacionada con el estado de ánimo de los accionistas, no con las empresas. De hecho, Draganfly sigue firmando nuevos acuerdos, sigue recibiendo nuevos pedidos y posee el mejor rendimiento financiero de su trayectoria en cuanto a crecimiento de ingresos, con un 200% de crecimiento interanual durante 2 años consecutivos.
Dicho esto, Lin se interesa por la base de clientes de Draganfly, más concretamente por el sector principal de actuación y la nacionalidad de sus clientes. Cameron indica que, si bien es cierto que el pilar fundamental de la Compañía desde hace más de 20 años ha sido la seguridad pública, ofrecen soluciones integrales con drones a cientos de clientes en diferentes sectores: educación, agricultura, minería, etc. Además, actualmente están abriéndose paso en el mundo del reparto con drones. En definitiva, aunque la seguridad pública sigue siendo el objetivo principal de la empresa, no es la única vertiente en la que se especializan. Lo que sí que es cierto es que no se centrarán en la venta comercial de drones, pues son conscientes de que es una competición para ver quién ofrece el mejor servicio al precio más asequible. Y ellos no van por ese camino: el camino de Draganfly es ofrecer una solución completa en recogida de datos, situaciones críticas o sensibles, seguridad nacional y pública, etc. La mayoría de sus clientes son de EE.UU.
A continuación, Lin le pide a Cameron su opinión sobre los drones de reparto de Amazon (plan que actualmente está en desarrollo). Cameron asegura que en un futuro cercano los drones de reparto serán utilizados para transportar equipos críticos, suministros médicos y recoger datos durante operaciones de emergencias y rescates. No obstante, aún falta mucho para que los drones de reparto se introduzcan en el sector consumo (envíos a domicilio). Amazon está desarrollando un plan de reparto con drones, y Cameron sabe que tendrá éxito, pero no en un futuro próximo. La razón es simple: la sociedad actual no está preparada para ello. Draganfly lleva 23 años en la industria y son conscientes de que, sin unas normativas claras, es imposible que el servicio prospere, por mucho que cuente con la tecnología indicada para ello. Todo tiene que estar perfectamente regulado (quiénes deben pilotar los drones, cómo deben hacerlo, dónde, etc.) por el peligro potencial que supone tener un dispositivo tecnológico volando por encima de personas y edificios. Por último, Cameron considera que para que el reparto con drones a domicilio tenga éxito a gran escala, es necesario automatizar el servicio.
Tras esto, David Lin centra su atención en una noticia sobre taxis aéreos. La empresa de automóviles Hyundai está construyendo un centro de taxis aéreos en Inglaterra y planea construir centros de taxis aéreos en 65 ciudades. Al tener una tecnología similar a los drones, Lin quiere saber qué tipo de crecimiento espera Cameron para esta industria y cuándo cree que se podrá ir al trabajo en un coche volador. Cameron ve un gran potencial en esta industria, si bien afirma que aún queda mucho camino por hacer en lo que respecta a regulaciones aéreas. Puede que en entornos controlados (como parques de atracciones) puede que empecemos a ver esta tecnología en 5 años, pero estima que hacen falta como mínimo unos 15 años para ver esta tecnología en lugares públicos. ¿Por qué? Porque las normas, leyes, señales y comportamiento actual no está pensado para el tráfico aéreo. La tecnología no es un factor decisivo, porque ya existe la tecnología necesaria para crear taxis aéreos. El verdadero problema será modificar todo el ecosistema para que los vehículos aéreos tengan cabida en nuestras vidas.
Finalmente, Lin retoma la idea que había propuesto anteriormente Cameron de automatizar los drones y le pregunta si cree que, en el sector militar, los drones automáticos acabarán sustituyendo a los aviones pilotados por personas. En este sentido, Cameron explica que los drones no podrán utilizarse en todas las misiones, pero sí que se utilizarán en aquellas situaciones que puedan suponer un riesgo para la salud y seguridad de los pilotos, o en situaciones en las que enviar un avión pilotado por una persona implique un gran coste económico. Además, en los próximos 5 años, los drones automáticos serán un gran apoyo en, por ejemplo, misiones de abastecimiento de combustible, búsqueda y rescate o vigilancia. No obstante, no serán sustitutos completos hasta que la IA no esté perfectamente entrenada (y esto puede tardar unos 20 años).